viernes, 17 de agosto de 2007

Conferencia del Padre Anibal Filippini*

Voy a presentar un esquema que después nos posibilite a través de las preguntas, el diálogo, que me parece que nos va a enriquecer mucho más a todos y sin duda a mi. En este esquema quería plantear primero, lo que podríamos llamar el proyecto de Dios en relación al trabajo. Él se presenta como un trabajador: como alguien que hace, que crea, que desarrolla cosas, que las pone al servicio de los demás, que se muestra a través de lo que hace. Entonces crea todas las cosas y las pone al servicio del hombre para que las domine, es decir, para que sea señor de las cosas y no esclavo de las cosas. No para que las explote, no para que las mal-use, no para que las mal-gaste, sino que sea señor. Que pueda usarlas y usarlas bien, y usarlas con un destino claro, que es la vida y la vida de todos los hombre y mujeres. Ese es el proyecto de Dios y lo que Él ve que es bueno. En este proyecto de Dios aparece, y sabemos que esto no es histórico sino una manera de presentar, la realidad permanente del pecado. El pecado que estropea la obra de Dios, un pecado que hace que la naturaleza, que de pronto era generosa se vuelva llena de espinas de aridez, y que el trabajo que era una manera de ser humano y semejante a Dios en eso de ser creador trae aparejado el sudor de la frente. Lo arduo, lo difícil, sobre todo el sudor de la frente, como signo de que ya no es tan bueno. Entonces, cuando el trabajo se hace en esa realidad se hace presente el pecado, aparece ese signo del sudor en la frente, la relación en el trabajo y se hace la primera sociedad, Adán y Eva, se hace una relación de desconfianza, de mutua crítica, de separarse, de alejarse, de enjuiciarse, de criticarse, y en ultima instancia aparecen las formas de dominio. Lo que tenía que ser una manera, un proyecto, para que el trabajo dignifique y haga crecer al hombre hacia una vida plena, aparece también que el trabajo empieza a tener su ambigüedad, puede ser también una manera de dominio, sobre el hombre o la mujer, una manera de explotación, una manera de abuso, una manera de injusticia.
Si nosotros nos ponemos a analizar, lo que podemos llamar, esa realidad del pecado hoy en día, está marcada, por un proceso del cual todos hablamos, que todos conocemos, y que disfrutamos en parte y padecemos en gran parte, que es el proceso de globalización. En principio no tendría porque ser mala palabra. Porque de alguna manera emparienta con todo lo que es nuestro concepto católico de lo universal, de lo abarcatibo, de llegar a todos, un proyecto para todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y de todo el mundo. La globalización en principio está relacionada con esta manera universal o católica de entender las cosas, la gran familia humana, pero la experiencia concreta de globalización que nosotros tenemos es realmente de terror, porque es muy sesgada. Se globalizan ciertas cosas en orden al beneficio de ciertos sectores. Lo que se globaliza es la posibilidad de comerciar, pero con una globalización desigual, porque hay mercado libe para ciertos productos en un sentido pero no hay mercado libre para ciertos productos en otro sentido.
Porque nosotros no podemos entrar libremente nuestros productos en el mercado europeo o norteamericano. Entonces eso no es globalización, es parcial es sesgada. Lo mismo a nivel de la cultura, hay una invasión cultural, un dominio cultural. No nos llama la atención a nosotros que las propagandas que tienen todas sus palabras en ingles, y no nos llama la atención y lo peor es que no nos da bronca. Lo mismo pasa con la música, con las modas y demás. Hay como una especie de globalización cultural que uniforma y que achata las culturas originarias, o las culturas que se van haciendo con todos los procesos de inmigración en nuestros países jóvenes. La globalización no se da en la posibilidad de traslado humano, las barreras para las inmigraciones en los países centrales, fuertes, dominantes, son cada vez mas graves. Nosotros acá tenemos una muy linda experiencia. El programa Patria Grande me parece que es para alegrarnos mucho, porque abre posibilidades para tantos hermanos y hermanas de países vecinos y eso es hermoso. Ver que ellos puedan estar con todas las condiciones de la legalidad entre nosotros. Pero eso no es común, eso no se da en todos lados, cada vez hay mas prejuicios, barreras. Entonces la globalización es parcial, mentirosa, injusta, tal como la vivimos. Podríamos decir que tal vez esa realidad del pecado que se mete en la realidad del mundo del trabajo, hoy en día podría llamarse globalización. Además con esto de que se sacan los productos que acá son baratos, se trabaja acá porque es mas barata la mano de obra. Como que hoy en día las empresas no tiene banderas tienen capital, poder y dominio. Entonces juegan con la población de los países, porque hoy están acá y mañana están allá, con mucha facilidad. Los capitales entran y salen y en última instancia nadie tiene seguridad y garantía de una permanencia en el trabajo.
Todo eso va trayendo flexibilización laboral, va trayendo precariedad en el trabajo, la variable ajuste son los salarios, la participación de los obreros en lo que es el producto bruto interno disminuyó muchísimo, no sé si se habrá recuperado algo ahora, pero la verdad es que todo lo que es la inequidad, la trajo aparejada toda esta movida de la globalización. Se crece pero la inequidad permanece o crece. Entonces podemos decir, que esa realidad del pecado de Adán y Eva en este campo hoy en día podemos encontrarla a la globalización. Frente a esta realidad que la sufrimos, aunque haya un poco mas de trabajo, gracias a Dios (y ojalá que cada día haya mas). tenemos un gran riesgo que es tomar como natural todo esto que ocurre, como "es así", como que no puede ser de otra manera. Lo de los discursos únicos, se acabaron las ideologías, se acabaron los megadiscursos y quedan solo las biografías y siempre llevan a sálvese quien pueda y que esto no se puede cambiar, no hay alternativa. Si nosotros caemos, en que no hay alternativa, estamos fritos. Eso sin duda no es propio de los cristianos. Los cristianos tenemos por ideal el reino de Dios, el reinado de la verdad y la justicia y el amor. Vamos a ser permanentes disconformes con la realidad, nunca va a haber algo que nos haga decir: “que bien estamos aquí, como Pedro Santiago y Juan. Nada acá nos va a conformar del todo. Siempre nosotros vamos a decir: muy bien esto, pero tenemos que seguir caminando hacia esto. Nosotros somos los que siempre vamos a tener que tener como la apuesta a algo mas, nunca conformarnos con lo que se da. Podríamos decir que Cristo, fue el que a través de su testimonio de vida y su palabra, fue un permanente transgresor. Bueno, por algo lo mataron., desde la estructura del templo de Jerusalén, la estructura política y comercial. Porque Él era realmente alternativo a todas las prácticas que se estaban realizando. Nosotros, también en ese sentido, tenemos que pensarnos así. Pero no por criticón, porque precisamente la critica cristiana supone una denuncia pero un anuncio también. Supone también que nosotros desde el proyecto de Dios, desde el testimonio de Jesús, tenemos que ir elaborando propuestas permanentemente.
En esto me parece que puede venir bien hablar de lo que se llama el imaginario social. El imaginario social, nos habla de ese pensar común, de que la cosa está dada así y de que no hay posibilidad de cambio y que yo, dentro de esta realidad tengo que defenderme y salir adelante como puedo, yo o mi grupito o mi sector. Sin darme cuenta de que yo solo o mi sector solo, no puede salir delante de una manera permanente sino que tenemos que salir juntos, entonces si nosotros somos esclavos de ese imaginario social, de que esto es así y de que no hay posibilidad de otra cosa, y entonces salvémonos como podamos, salgamos adelante como podemos, realmente creo que perdimos nosotros todo nuestro espíritu, toda nuestra capacidad de cambio y transformación y de renovación y de camino hacia el reino.
Yo creo que estos encuentros pueden servir para armarnos de algo que es muy importante y que es la toma de conciencia. Fíjense que nosotros como iglesia trabajamos sobre todo en la toma de conciencia, pero tenemos que costará mucho hacernos conscientes de una realidad y de un compromiso que tenemos que asumir, y esa conciencia y ese compromiso ir organizándola, haciéndola realidad, dando pasos. Creo que es importante que nosotros, además de un trabajo intelectual, hagamos una practica, que será a lo mejor, pequeña, pero que tiene que ser el fermento de otras prácticas, que será aislada pero que tiene que ponerse en comunión con otras prácticas similares. Que a lo mejor viene de otros pensamientos, pero que en la práctica se encamina hacia distintos objetivos. Los católicos, que muchas veces estamos entre nosotros, tendríamos que acostumbrarnos, cada vez mas, a estar cómodos con otros hermanos y hermanas que tienen las mismas banderas, las mismas luchas, las mismas preocupaciones los mismos compromisos. Entonces de esa manera, ese imaginario se puede romper, se pude transformar y creando otro imaginario y es que podemos, y es que se puede avanzar, y es que se pueden lograr cosas, y es que se puede incidir. Entonces esta realidad en la cual estamos si o si, nos guste o no, nos favorezca o no. Esta realidad va a ser entonces tarea de ir haciéndola crecer, va a ser tarea de todos. Pensemos que en esta realidad hay víctimas. Lo hemos vivido, demasiado bien, con mucho dolor lo que significa el hombre o la mujer si trabajo. que es como decirle, no servís, no te necesitamos. Tus conocimiento y tus capacidades no se necesitan. No tener trabajo es como que la sociedad le pegue a ese Cristo. Sobre todo al varón, porque me parece que la mujer encuentra sentido para la vida en muchas otras riquezas que tiene, por ahí el varón no las tiene. A lo mejor mas relacionadas a la vida, me parece a mi, esto es meramente opinión.

Aquí una participante, Susana, cuenta que ha ella la separaron de su trabajo hace varios años (dando por finalizada una beca ) y las graves consecuencias afectivas y sicologías que esto le trajo. Su narración cargada de emoción impacto a todos los participantes. Planteo asimismo que el desempleo afecta tanto a la mujer como al hombre.

-yo creo que lo que dijiste plantea con mucha claridad y con mucha fuerza un montón de marginaciones que ha sufrido y sufre mucha gente del trabajo. y creo que es muy valioso tu testimonio, pinta con muchísima claridad, el sufrimiento de muchos. A lo que yo me refería y lo constato mas que todo desde la realidad, yo viví 12 años dentro de la villa La CAVA y constataba allí, con mucha claridad que el hombre sin trabajo queda mas destrozado que la mujer sin trabajo porque tal vez la mujer con la maternidad, con el atender la casa, puede darle sentido a su vida y uno la ve mas fuerte. Por mas que la mujer es abusada, violentada, abandonada sin embargo uno en lo lugares marginales la ve mucho mas de pie a la mujer que al varón. El varón se evade se escapa, busca salidas por el lado de las adicciones y demás. La veo mucho mas plantada y con mas fuerza a la mujer con mas vida digna que al varón en estas situaciones de marginación. A raíz de esa constatación que a mi me llamó la atención y que la fui charlando mas de una vez, es que yo digo que tal vez la mujer por su idiosincrasia tenga mas capacidad de ponerse de pie que el varón frente a una misma realidad de usurpación y de abusos en los trabajo, de desprotección. Simplemente quería aportar esa especia de mirada que no solo yo sino otras personas también han visto, sin desconocer que en concreto lo que significa el trabajo para la mujer es tan fuerte como para el hombre. Tal vez la mujer tenga mas recursos para ponerse de pie que el hombre, la mujer no se escapa tanto, no se evade en la droga ni en el alcohol, no es tanto, no recurre tanto a la violencia. Como que mantiene mas firme su condición de mujer de madre. simplemente quería como aportar eso, pero es opinable.
El otro tema es el de los jóvenes. Hay una gran cantidad de jóvenes que nunca tuvieron la experiencia del trabajo. una cantidad de jóvenes que nunca vieron a sus padres con un trabajo estable. No lo han visto, quizás a los abuelos. Ellos no saben lo que es cumplir un horario, trabajar con otros, estar bajo la coordinación o bajo las ordenes de otro. No sabe lo que es recibir un salario por el esfuerzo propio. Haberse ganado lo propio. Poder disponer bien de eso que consiguió. Y está expuesto a todos los riesgos porque no tiene la posibilidad de organizar un proyecto de vida . no tiene la posibilidad de pensar en un futuro mejor. creo que entonces, nosotros los cristianos a este riesgo de caer en el imaginario común, social, de que no hay posibilidad de cambio, de que no se puede hacer nada, de que hay que adaptarse a lo que está, resignarse y tratar de salir adelante, nosotros estamos llamados a algo distinto. Algo que me parece que siempre tiene que comenzar por las realidades mas débiles, como puede ser la de los jóvenes, la de los jubilados, la de los trabajadores desocupados, la de la mujer o varón desocupado, la de los que padecen el trabajo en negro, como que desde esas realidades tenemos que ir pensando respuestas cristianas, he ir haciendo pequeñas experiencias. Pero pequeñas experiencias que puedan sumarse que puedan ir cambiando ese imaginario social, del que hablaba.
Yo dejaría acá para dar mas lugar a las preguntas que permitan el dialogo.

*El Padre Anibal Filipini es vicario de Pastoral Social de la Diócesis de San Isidro.
Fue, durante doce años, Párroco en la Villa La Cava con una importante y reconocida actividad pastoral

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